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El pan de Magda es otra historia de éxito del Taller del DIF Municipal

• Es el Taller de Panadería una fuente de ingresos para personas de la tercera edad.


• En Durango los sueños se cumplen.

El olor a pan recién hecho le recuerda la casa de su madre cuando era niña,

“cuando nos hacía pan a toda la familia”, dice Magda Tovalín, de 66 años, una de las alumnas del Taller de Panadería del DIF Municipal, el cual le ha dado más que una forma de obtener más ingresos para su hogar.

Es “una terapia ocupacional y una oportunidad de emprender”, afirma contenta, ya que durante todos los años que se dedicó únicamente a ser ama de casa no imaginó que volvería a estudiar, y un oficio como el de panadería que le evoca

sentimientos de tranquilidad, alegría y calidez, como su mamá.

Se animó a preguntar de qué se trataba el taller, un día que en su colonia en la

José Martí fue a pagar el recibo de agua y vio un cartel donde Toño Ochoa

invitaba al taller de panadería y repostería.


Así empezó esta aventura culinaria y personal, haciendo todo tipo de pan y

postres para disfrutar más la vida. Galletas finas, empanadas de hojaldre, pizzas,

tartas, pay, pasteles, son dulces sueños que hace realidad cada día.

Por eso, agradeció a Toño Ochoa por apoyar con estas acciones a la gente, “nos

da oportunidad de aprender y tener ingresos, además de hacernos entender que

nunca es tarde para aprender”.


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